Gin-tonic

Ah... qué ricos están los gin-tonics del Gimlet. Y pesar que durante años dejé de tomar esta bebida divina a causa de mi mala cabeza juvenil. Os cuento: a los veinte y pocos años fui a una de esas fiestas fin de año con barra libre a un módico precio. A la una y media se acabó el hielo, pero no el alcohol, y me hinché a tomar un buen número de este combinado, pero calentorro, que contenía una sustancia alcohólica con un lejano aroma a Varon Dandy y que teóricamente era una ginebra de marca.

Acabé rogando al taxista que parara en medio de la calle Aragó para no ensuciarle su lujosa tapicería. La consecuencia fue que me pase quince años sin poder acercarme a ningún gin-tonic. Hasta que un día todo acabó y pude volver a disfrutarlos sin que un aroma a colonia chunga me invadiera...