Pericos, sin complejos

Hace unos días tuve el placer de entrevistar en Grada perica a Abderraman Ait Khamouch, uno de los últimos fichajes de la Associació Esportiva Blanc-i-blau, un deportista al que le falta un brazo, pero que tiene unas cualidades tan excepcionales que planta cara a los que él denomina "válidos". Da gusto charlar con un atleta que corre defendiendo el escudo del Espanyol y que reconoce que él irá a los Paralímpicos a luchar por las medallas y a intentar conseguir bajar sus marcas y conseguir récords. Esto es lo que necesitamos, una buena dosis de sana ambición que se contagie a todos los estamentos del club, para seguir creciendo en el número de socios, para conseguir más títulos. Es el mismo espíritu que Antonio Martín ha insuflado al femenino, del que estamos tan bien acostumbrados que cuando últimamente no levantamos un trofeo, nos sabe a poco, aunque se haya hecho una campaña magnífica.

Es la visión que tienen algunos consejeros del club de mi generación, que cuando compartíamos grada en Sarriá vivieron un Espanyol en decadencia, y que ahora que están al mando quieren crecer y crecer, para que nunca volvamos a vivir unos años tan terribles como los de la temporada post-Leverkusen hasta que Camacho consiguió el ascenso contra el Cádiz. Años tristes, de descensos y de deuda que acabaron con el derribo de nuestro estadio. Ahora hemos remontado el vuelo, y tal y como dice el gran Manel Lucas en su libro, hemos de sacar pecho y presumir de ser pericos, de ser diferentes, y de ser amantes de la pluralidad deportiva en Cataluña.

(Artículo publicado en el diario AS el 30 de enero 2008)