sábado, 23 de febrero de 2008

¡Garrafón, garrafón!

¡Al fin un ministro se preocupa por los problemas reales de la gente! ¡Lucha contra el garrafón! ¡Qué creen un cuerpo de inspectores del Estado, todos con carné del PSOE, que vayan de bar en bar probando las copas para detectar el “garrafón” y multar a los hosteleros desaprensivos! ¡Cómo me gustaría estar en un pub, beber un cubata indecente, coger el móvil, llamar al “Teléfono del garrafón”, y que un comando de inspectores viniera raudo al local y detuviera al maldito encargado! ¡Esto sí que es una medida importante, y no el “regalo” de los 400 euros!

Espero que Rajoy contraataque y nos prometa un Servicio de Inspectores de la Calidad de las Tapas. ¿Qué nos sirven unos calamares a la romana congelados y que pasaron por la freidora dos días atrás? Un eficiente funcionario público clausura el local. ¿Qué la salsa brava es de bote, y con un sabor poco agradable? Multa de medio millón de euros. ¿Qué la ración es anoréxica, y te clavan diez euros por dos anchoas? Esposas, y a prisión preventiva. ¡Oh, cuánta felicidad!

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