martes, 5 de febrero de 2008

Rías de Galicia

El domingo disfruté de una impresionante comida en el nada barato Rías de Galicia, con un arroz superior, unas ostras muy ricas, un cabrito correcto y unas cañas de crema con nata impresionantes. El carajillo era abundante en Torres 5, lo que siempre se agradece. El pan, muy rico, y el paté de pescado de aperitivo, aún mejor. Pero cuando pagas una pasta por cubierto, hay una serie de detalles que se han de cuidar, y que me decepcionaron un poco.

Se me acabó el pan antes del primer plato, y no me volvieron a ofrecer hasta que casi me había liquidado el segundo.

Mi señora pidió sopa de primero, y no le ofrecieron repetir. ¡Imperdonable!

Mi copa de cava estuvo vacía en más de una ocasión, y la cubitera estaba lejos de nuestro alcance. No estuvieron muy pendientes de nosotros.

No nos ofrecieron, a pesar de la elevada factura, ni un chupito de orujo de regalo. En un gallego, sobre todo de postín, es imperdonable. En otros locales como Casa Darío nunca falta este detalle.

Para pedir la cuenta tuve que ir en busca de alguien.

Resumiendo: la comida, de sobresaliente. Pero el servicio no está a la altura del local. Uno es un cutre y está hecho a todo, incluso a que te tiren el plato de bravas sobre la mesa, pero a partir de los 50 euros por barba ya comienzo a ponerme pesadito...

1 comentario:

ian llorens dijo...

La decadencia del periodismo catalán se dejó ver por fin en:
catalon-IAN politic-IAN