Sandwichera diabólica

A un amigo le regalaron una sandwichera de esas que te graba en las tostadas el escudo del Barça, y me ha asegurado que es diabólica, que los bikinis que hace en ella le hablan. Se le aparece una cara de un demonio en medio del escudo culé y le pide que le venda su alma inmortal a cambio de una camiseta con el dorsal de Dani Alves. Cada vez que la pone en marcha toda la cocina le huele a azufre y el pan siempre le queda quemado. Eso le pasa por no comprar la sandwichera del PSOE, que te deja la simpática efigie de Zapatero en las rebanadas y que convierte tus bocadillos en “lights” y esponjosos, sin sustancia, sin calorías y sin na de na. Pero al menos los bocatas no te dan sustos ni te montan aquelarres entre la nevera y el microondas.