24 horas en Munich

Servidora de ustedes es débil, y sucumbe ante la tentación de ver películas que otros seres humanos simplemente ignorarían. Hace unos días saqué de la biblioteca del barrio el film “21 horas en Munich”, dedicada a la matanza de atletas israelíes en las Olimpiadas del 72. La estética setentera de los protagonistas, con los pantalones a punto de estallar y chándales imposibles, ya te invita a apagar el DVD. Pero no, uno es un hombre de verdad, y resiste lo que haga falta. Pero lo endeble del argumento, lo cutre de las escenas de acción y la interpretación de terrorista – macarra – pero – en – el – fondo – buen – chico de Franco Nero pudieron conmigo. Acabé la película, pero con una sensación terrible que podía haber dedicado esa hora y media a hacer macramé o a hacerme unas pajillas viendo a la mujer del tiempo.