miércoles, 10 de enero de 2007

El bingo familiar

No hay actividad más entrañable que jugar al bingo tras un tranquilo ágape familiar. El cuñado haciéndose el gracioso diciendo “la niña bonita”, “los dos patitos” mientras sonríe con una cara digna de ser chafada con una tarta de nata; el típico abuelo que coge cinco cartones y que tiene un saco de piedras para marcar los números, demostrando su dominio gracias a sus sesiones semanales en el Bingo Don Esteso; el sobrino despistado que pregunta cada cinco minutos “¿Ha salido el quince?” “¿Y el treinta y dos?”; la hija adolescente con la expresión de “me quiero ir a la habitación a chatear con un maromo y meterme un consolador”; el padre torpe que le da mal al bombo y se le caen continuamente las bolas al suelo...

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