martes, 22 de mayo de 2007

Capitán Iglo

El jueves a la hora de comer eché de menos las míticas barritas de pescado congelado y presuntamente rebozadas del Capitán Iglo. Incluso añoré la imitación que hacía el DIA. Y es que en el aeropuerto de Prestwick pagué cerca de diez euros por un trozo de pescado rebozado y cuatro patatas. El “pescado” podía haber sido utilizado por los Mossos d’Esquadra como arma para disolver a manifestantes, dado su textura y su consistencia. Os prometo que era el congelado más triste y lamentable que he tomado en los últimos diez años (recuerdo una lasaña de una marca desconocida que fue aún peor, pero de eso hace ya mucho tiempo).

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