lunes, 14 de septiembre de 2009

El buffet del hotel

Fin de semana. Has podido escaparte para ver a tu querida familia al hotel de la costa en el que apuran las vacaciones en estos últimos días del verano. Llega la hora de comer y vas al buffet libre del hotel de media estrella que la familia se ha podido permitir. Si quieres sobrevivir has de conocer las Leyes del Buffet, si no las sigues, pagarás las consecuencias.

Primera ley: Lo que en otras circunstancias despreciarías, en el buffet has de tenerlas en cuenta. Mejor unos palitos de merluza rebozados que una presunta pescadilla en una salsa desconocida comprada en toneles de doscientos litros en Txernobyl Mega Discount por el chef.

Segunda ley: Las patatas fritas siempre serán congeladas y siempre estarán medio fritas y revenidas. No importa que su aspecto parezca apetitoso en la bandeja.

Tercera ley: El Paellador no marca un mínimo, y te parecerá un arroz mágico si lo comparas con la paella del buffet del hotel. De hecho, hasta la paella del chiringuito Mosca’s (con apóstrofe) te parecerá maravillosa en comparación.

Cuarta ley: Las carnes en salsa son una trampa mortal y pueden producirte deposiciones multicolores.

Quinta ley: La ensalada no te matará. Aunque no te guste mucho lo “verde”, en un buffet de hotel es una de las mejores opciones. Eso sí, no hagas una “amanida catalana” con el jamón dulce. Las lonchas podrían ladrar.

Sexta ley: Las tartas del buffet de postres te decepcionarán. Ve a lo seguro: o fruta o el mini-minúsculo vasito de helado. Por muy desconocida que sea la marca, acostumbra a ser comestible. Si es de la prestigiosa marca Putin’s igual tiene uranio o estroncio y te conviertes en un ser mutante.

Recuerda: el único objetivo tras ir a un buffet de hotel de media estrella es sobrevivir con el menor daño colateral posible. Lo demás, no importa.

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