viernes, 4 de septiembre de 2009
Otro libro olvidable...
Palabra de ladrón
El Dioni
Prensa 7
“Como escribió Francis Bacon, ‘si uno comienza con certezas, terminará con dudas; más si se conforma en comenzar con dudas, llegará a terminar con certezas’”.
Así empieza no un tratado de filosofía occidental, sino el prescindible ‘Palabra de ladrón”, el libro que relata la gran hazaña del Dioni, robar 298 millones de un furgón blindado para vengarse de su empresa, que le había bajado la categoría laboral y el sueldo.
Por supuesto, cuenta con pelos y señales como se pulió parte del dinero en caviar, champán, señoritas de la vida y en compinches que se “aprovecharon”, porque el libro es un canto a lo mal que lo pasó. Un detalle, su abogado fue el gran Emilio Rodríguez Menéndez, que antes de acabar en busca y captura – también – editó la mítica revista “Dígame”.
Pero es mucho más divertida la canción que le dedicó Sabina que las 245 páginas del libro. Vamos, que mejor que se lean el libro que acabo de publicar sobre las patatas bravas del Bar Tomás que el testimonio del Dioni. Es más divertido verle cantar en el Youtube, porque como pícaro y jeta no tiene precio...
El Dioni
Prensa 7
“Como escribió Francis Bacon, ‘si uno comienza con certezas, terminará con dudas; más si se conforma en comenzar con dudas, llegará a terminar con certezas’”.
Así empieza no un tratado de filosofía occidental, sino el prescindible ‘Palabra de ladrón”, el libro que relata la gran hazaña del Dioni, robar 298 millones de un furgón blindado para vengarse de su empresa, que le había bajado la categoría laboral y el sueldo.
Por supuesto, cuenta con pelos y señales como se pulió parte del dinero en caviar, champán, señoritas de la vida y en compinches que se “aprovecharon”, porque el libro es un canto a lo mal que lo pasó. Un detalle, su abogado fue el gran Emilio Rodríguez Menéndez, que antes de acabar en busca y captura – también – editó la mítica revista “Dígame”.
Pero es mucho más divertida la canción que le dedicó Sabina que las 245 páginas del libro. Vamos, que mejor que se lean el libro que acabo de publicar sobre las patatas bravas del Bar Tomás que el testimonio del Dioni. Es más divertido verle cantar en el Youtube, porque como pícaro y jeta no tiene precio...
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