jueves, 26 de julio de 2007

Dígame

¿Recordáis la revista “Dígame” de Emilio Rodríguez Menéndez, ese abogado que se metió a editor de prensa rosa? Era un puro líbelo, pero tan divertido y tan mal maquetado que superaba a cualquier publicación de humor que se pudiera encontrar en el kiosco. No sé como alguien se atrevió a poner al alcance del público algo tan mal diseñado, tan cutre, que parecía hecho por un estudiante de tercero de primaria que estuviera haciendo prácticas con un programa de autoedición. Pero los contenidos eran aún más espectaculares: todas las “vendettas” particulares del propietario se veían reflejadas en sus páginas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Dinio corruptor de menores", grandes informaciones.