jueves, 6 de septiembre de 2007

Grandes éxitos (y 2)

Por si os quedasteis con ganas de leer más material de Luis Caldeiro, aquí tenéis otra muestra de su ingenio. También es de Pirados al Poder (www.piradosalpoder.com):

“ Yo aún no lo entiendo: que un médico cabrón, que chulea y avasalla a sus pacientes, se convierta en icono televisivo, e incluso se hable de él como sex symbol (con lo feo que es), va más allá de mi entendimiento. En España, hace rato que le hubieran partido las piernas (las dos) los enfermos, las enfermeras, los colaboradores y la directora del Centro que, aparte de estar maciza (Dios mío, qué ojazos, qué cuerpo), tiene más paciencia que un santo. ¿Será que estamos tan acobardados en la vida real que admiramos al primer chulillo que dice lo que piensa, aunque sea un cabrón? Me parece que por ahí van los tiros.

Confieso que estoy enganchado a la serie, aunque por una razón inversa a la del resto de los mortales: episodio tras episodio, espero que alguien de su misma especie le dé su merecido y le haga morder el polvo. Es el mismo mecanismo que explicaba en mi artículo Barça is dead: que alguna vez el poderoso pruebe de su propia medicina. Y al final se produjo el milagro: en el episodio del pasado martes (6 de febrero), House se mete con un paciente sin saber que es policía (concretamente le pone un termómetro en el recto y ahí se lo deja). El agente le dice: "Eres un matón. Lo malo es que los matones siempre acaban encontrando la horma de su zapato". Y le tiende una trampa, con la que consigue arrestarlo por "posesión de narcóticos". Fin del capítulo.

El próximo martes (que es martes y 13 de febrero, para más señas), quizá asistamos a la ruina final de este tipejo infame, que disfruta de una fama incomprensible. A lo mejor vemos cómo se vuelve mansito en el Penal de la Isla del Diablo, tras recoger 227 veces el jabón del suelo de las duchas. O a lo mejor vemos cómo su compañero de celda le mete el bastón en el recto y ahí se lo deja. Pero no caerá esa breva: Los guionistas no van a matar a la gallina de los huevos de oro. Y además, todos sabemos que en esta vida los cabrones siempre tienen suerte. ¿O no?”

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