lunes, 12 de diciembre de 2005

Culo

¿No os ha pasado nunca que mientras estáis retozando con vuestra pareja de repente os vienen ganas de expeler una sonora ventosidad, y por aquello de no romper el encanto de la situación os lo aguantáis salvajemente? Esa sensación de opresión intestinal mientras el ajetreo es máximo es algo inexplicable, mágico y eterno.

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