Un triunfo del consumidor: en marzo del año pasado la empresa que fabrica el sabroso y popular donut dejó de servirlos a granel en tiendas y bares con la excusa de mejorar la higiene y la durabilidad. Lo metió en un ataud de plástico individual y yo dejé de comprarlo, porque por mucho que la publicidad me dijera otra cosa, no era lo mismo, y no estaba tan rico. Y ya puesto a meterte un cañonazo de calorías, al menos que sea a gusto.
Por lo visto, no fui el único, porque han dado marcha atrás y los volverán a vender a granel, tan frescos y tan ricos como antaño. Perfecto, acaban de ganar otro consumidor, y creo que varias docenas de miles más. El marketing fracasó... ¡menos mal!
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