No se pierdan el último libro de Manuel Trallero, El libro de los epónimos (Ediciones el cobre) una magnífica obra en la que se comprueba como la libertad de expresión en Cataluña no es igual para todos. Algunos, los que damos la cara con nuestras opiniones somos tachados de forma anónima de socialistas, fascistas, convergentes, populares, centralistas, demagogos, anarquistas o simplemente estúpidos según las preferencias del català cabrejat que nos lea.
No siempre estoy de acuerdo con Trallero, sobre todo cuando opina sobre el RCD Espanyol, pero su libertad de expresión es la mía. Le seguía en La Vanguardia, y aunque he tenido mis diferencias con él, me gusta este libro. Es buenísimo, y me siento identificado. A mí también me han llamado centralista y catalanista - aunque no se lo crean, es así -, vendido a Nicaragua y a Génova, proto-convergente y ácrata, facha y rojo.
El libro tiene forma de diccionario, y las entradas son las lindezas que sus queridos lectores le han dedicado, o los personajes con los que ha interactuado. Una obra imprescindible para
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