jueves, 28 de agosto de 2008

Cataluña, bajo mínimos

En el pabellón catalán de la Expo de Zaragoza, al menos el día que lo visité, no había ni Dios, cuando en el resto de espacios de las otras comunidades autónomas había gente, y en algunos largas colas. Pero es que había una zona de restauración en la que cada comunidad tenía su chiringuito. Y en de Cataluña tampoco había ni Dios haciendo cola para probar nuestras ricas especialidades. Ni siquiera catalanes por aquello de la solidaridad. En cambio otros, como el de Galicia, es que eran un clamor de gente comprando y consumiendo.

2 comentarios:

L'Avi dijo...

¿Y patatas bravas?. ¿Se metió unas buenas patatas bravas entre pecho y espalda?

Mr. Hot Potato dijo...

na de na... q le vamos a hacer!