domingo, 15 de abril de 2007

Elogio del jamón

Hoy no me apetece hablar de política, ni de los medios de comunicación, ni de cultura. Prefiero glosar las virtudes de un manjar que me vuelve loco, el jamón. Bien cortadito en virutas, a lonchas o a tacos, disfrutar de un buen jamoncito ibérico, o del país, es todo un placer. Menos mal que el ciudadano americano o el japonés medio no aprecia sus virtudes, y en esos países sólo lo cata una minoría, porque si les gustara nuestro jamón, subirían tanto los precios que nos privarían a la mayoría de los españoles de poder disfrutar con frecuencia de este incomparable yantar.

Cuando en mi dura profesión de reporter Tribulete he de asistir a una rueda de prensa en la que después nos echan alpiste a los periodistas para que estemos contentos, siempre deseo con afán que en el cutresoborno con el que nos intentan comprar haya un buen jamón. Eso denota, al menos, buen gusto y señorío, porque los políticos o empresarios horteras que se gastan una pasta indecente en un catering a base de canapés agilipollados con esencia de edelweiss lo mínimo que se merecen es un par de collejas.

Un platito de jamón ibérico recién cortado, a lonchas finas, es algo divino, por lo que merece la pena tragarse la rueda de prensa más horrenda del universo. Directores de comunicación, ya saben lo que han de hacer para tenernos contentos. Y guarden los experimentos para otros...

No hay comentarios: