viernes, 27 de abril de 2007

Mágico Espanyol

La noche de ayer fue inolvidable, una borrachera de alegría y sentimientos. Estaba convencido que ganaríamos, y que nuestros jugadores darían la cara. Pero apostaba por un marcador más ajustado: los tres goles nos han dejado a un paso de la final de Glasgow. Pero quiero ser prudente, porque esta película la viví hace diecinueve años, y no acabó bien. Por suerte, hoy tenemos en el banquillo del Espanyol a un hombre más prudente, y que además padeció la tragedia de Leverkusen. Estamos muy cerca, pero hemos de rematar la faena en Alemania. He tardado casi dos décadas en volver a ver un partido europeo grande de verdad, como aquella semifinal contra el Brujas, o el partido de ida de la final contra el Bayer, pero el encuentro contra el Werder tardaré mucho tiempo en olvidarlo. Ahora toca disfrutar...

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