miércoles, 11 de abril de 2007

Esas entrañables voces...

Cada vez que escucho “su tabaco, gracias”, me pregunto que profesionales dedicarán los mejores años de su carrera profesional a tales menesteres. Está claro que todos nos hemos de ganar la vida, y posiblemente tras la voz de “próxima estación, Monumental” hay una Luz Casal en potencia, o un Miguel Ríos que no tuvo tanta suerte como el genio granadino, y que han de pagar el recibo de la luz poniendo lo mejor de sus cuerdas vocales al servicio de todo tipo de empresas.

Aunque las voces enlatadas que más me enternecen son las risas grabadas que ponen en algunas telecomedias. Me imagino a docenas de seres humanos a los que les hacen reír a golpe de cartel con el mensaje de “gran carcajada”, “carcajada media”, “gritos y ovación”. ¿Habrá risas enlatadas para públicos anglosajones y mediterráneos? ¿O es un producto único, ya estandarizado, para todas las audiencias? ¿Cómo serán sus controles de calidad? Ah... cuántas preguntas por hacer...

Uno, como tiene una voz normalita, tirando a cutre, que a pesar de hacer programas de radio local nunca acabó de entender eso de “vocalizar”, no pudo dedicarse a estas faenas. Pero uno de mis sueños húmedos hubiera sido ponerle la voz a un muñeco hinchable, bien dotado y destinado al público femenino, para decir expresiones tan míticas como “como me hases gosar cariño” o “tú sí que eres mi leona”.

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