lunes, 25 de abril de 2005

Esa Feria...

Al final fui a la Feria de Abril el viernes por la noche, y allí encontré todo tipo de estímulos: desde la manzanilla que alegraba mi espíritu, un bocata de chorizo por tres euros a las dos de la mañana que alimentó mi cuerpo, y la omnipresente música de sevillanas que me motivó a dar palmas de forma ridícula y patética (arsa!). Por suerte para la humanidad, no intenté bailar, o hubiera sido el show más cutre desde el día que Torrebruno intentó contar un chiste gracioso.

1.El recinto

Que el recinto del Fòrum sirva para algo útil ya enardece a los corazones sensibles como el mío. Ver las casetas donde sirven fino y manzanilla en la misma ubicación en la que se fugaban presos, Clos hacía el capullo o un grupo multiétnico generosamente subvencionado nos mostraban su arte, simplemente me emocionó.

2.Los lavabos

En ocasiones como ésta, me alegro de ser hombre. Poner las posaderas sobre el agujero de plástico al que llamaban “lavabo” era un canto a la valentía del género femenino. más que nada porque eran “unisex” y las salpicaduras alcanzaban el techo (seguro que los recios varones –yo no, soy un buen chico- competían a ver que rincón podían llenar de orín con su potente lanzamisiles carnal). Pero como dijo una de las chicas que salía: “mejor eso que reventar”.

3.El salero

Era la marca de la fiesta. En cualquier caseta, menos en algunas que fueron más listas y pusieron éxitos de ayer y hoy para atraer al público más joven que sólo buscaba cubateo barato y fiesta hasta las 5 a.m, encontrabas un cuadro de unas cuarenta mujeres taconeando y bailando sevillanas. Algún valiente con su señora, y tipos que sabían bailar, que eran conscientes que bailaban bien, y que se arrimaban de manera espectacular. En esos aciagos momentos para cualquier macho ibérico medio, como es mi caso, que reconfortante es la excusa de “no bailo, soy un hombre”, para evitar ver como te tiran botellas.

4.Las clavadas

Los incautos que no consumían en las casetas oficiales, y se iban a los jugosos chiringuitos que mostraban grandes manjares, se encontraron con puñaladas traperas en forma de ticket de caja. Compañeros... hay que saber donde comer y beber: NUNCA, repito, NUNCA, pidas en un chiringuito de feria que no tenga a la vista la lista de precios. Es un pasaporte a la ruina económica y a un cabreo monumental.

5.Las bellas señoritas

Confirmado. Esta primavera-verano será duro, muy duro, para el género masculino. Están cada día más guapas.

1 comentario:

Ireneu Castillo dijo...

Y no habia el tenderete de Gallina Blanca repartiendo caldo? porque el año pasado habia una cola de yayos para recoger un vaso de caldo que daba la vuelta al recinto. Se ha de ser miserias... Por cierto, ¿habrian los 3 millones de visitantes que decian los organizadores o los 100.000 que los informes oficiales decían? ein?