domingo, 1 de enero de 2006
Doce piñones
Como hace años que desterré la costumbre de tomar las doce uvas, porque siempre acababa con un amasijo en la boca y con granos en el plato, probé esta nochevieja los doce piñones, y oye, pues como que me gustó un montón. A ver si me acuerdo y lo repito de aquí a doce meses. De lo que sí me acordaré seguro es de no coger el metro en nochevieja: gracias al puto Clos y a su corte de concejales ineptos (con Mayol y Portabella a la cabeza) mi primera experiencia del 2006 fue una puta mierda. Mucho llenarse la boca con la promoción del transporte público, y que es muy progresista y sostenible, pero si el día que hay una avalancha de usuarios pones un metro cada quince minutos el espectáculo que se vive es digno de un día laborable con huelga de taxistas, autobuses y Renfe en hora punta. Lo digo claramente: me cago en su gestión de mierda, y sólo les deseo que algún día tengan que vivir algo así. Menos mal que luego la fiesta a la que fui fue chula, y todo transcurrió bien. Por cierto, si mi memoria no me falla os tengo que contar el primer programa televisivo que vi en el 2006, tras las campanadas: Toni Rovira con el Payo Juan Manuel, Rebeca y Carmen de Mairena. Impresionante. Apocalíptico.
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1 comentario:
jeje all right ;)
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