viernes, 13 de abril de 2007
¡Brindemos con cava ucraniano!
Cada uno brinda con lo que quiere, y respeto cualquier postura, pero me parece absurdo brindar con un cava de inferior calidad sólo para evitar comprar cava catalán. Al final habrá gente que preferirá comprar Chateau Chernobyl, un finísimo espumoso ucraniano de sabor explosivo, antes que cualquier botella rellenada en Sant Sadurni d’Anoia. Si empezamos con este tipo de “jueguecitos” al final no podremos comer casi nada que nos apetezca. El roast-beef, prohibido porque la pérfida Albión no nos devuelve Gibraltar. Los quesos y los patés franceses, menos aún, ya que todavía resuenan los ecos del 2 de mayo y de la Guerra de la Independencia. ¿Txacolí? Aún menos, que todo el mundo sabe que los vascos son un hatajo de separatistas. ¿Queso de tetilla y percebes? ¡Anatema! En Galicia gobiernan los anti-españoles del BNG. ¿Una hamburguesa con Coca-Cola? ¡Cómo osar! ¿No recuerdan la Guerra de Cuba? En fin, unos quesos holandeses. ¡Ni hablar! Esas provincias rebeldes, esos herejes, se rebelaron contra su católica majestad. ¿Cus cús y te con menta? Menos aún, que el gobierno marroquí quiere Ceuta y Melilla. Joder, al final voy a parecer Gandhi...
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2 comentarios:
Poco nos falta. En Varsovia (mi novia es de allí) se puede comprar un "entrañable" cava-champán ruso que se puede comprar a poco más de 1 euro la botella. Resulta muy popular en las noches de fin de año. No me acuerdo del nombre, ya que la etiqueta está en alfabeto cirílico, no se si será algo parecido a "Don Simonóv" o algo por el estilo
Mira tú, antes la verdad nso hacía libres, ahora la intolerancia nos hará delgados.
Un saludo
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