Gilipollas

Hace unos días estaba en la terraza de un bar del barrio, con mi familia, y uno de mis parientes vio dentro del bar a un niño vestido con la equipación del Betis, y me preguntó: “¿Ese chaval es del Betis?”. Me salió una respuesta del alma, y con mi tono de voz “discreto” contesté: “O es del Betis, o es gilipollas”. Como suele pasar en estos casos, hubo “sorpresa”. Un hombre de unos treinta y pico años me miró y dijo “soy su padre, y es del Betis”. Cuando ya me veía con un botellín de Estrella Dorada en mi cabeza el tipo comenzó a reírse y dijo algo así como “no sé a quien ha salido, en mi casa nadie es del Betis”. Menos mal que tenía sentido del humor, porque yo me merecía una colleja. Por gilipollas.