sábado, 18 de noviembre de 2006
Memorias alcohólicas (VI): vuelta a la normalidad
Los combinados de vodka con naranja y limón me hicieron volver a la normalidad, y un buen número de fines de semana estuvieron marcados por la gran duda: ¿Smirnoff o Eristoff? Obviamente, dependía del estado del bolsillo, aunque en casos de desesperación económica uno siempre podía recurrir al Von Haupold, marca que ha hecho más por la destrucción de las conciencias juveniles que los 40 principales. El gin tonic de Gordon’s y Larios también estuvo presente en esta época previa a la asunción definitiva del whisky como mi bebida de referencia. Primero con Coca-Cola, luego con hielo y ahora sólo. Y es que estoy convencido que este es el licor de la madurez, a la que se llega después de un largo recorrido por un sinfín de mierdas variadas. Con veinte años me sabía a madera, y ahora lo encuentro suave. Bueno, lo encuentro suave cuando es de Ballantine’s para arriba, porque cosas como el Doble W o similares sólo las puedo tomar con mucho hielo o con mucha cola. Pero dónde esté un Glen Grant o un Glenfiddich, que se quiten los cubatas...
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2 comentarios:
creo que le gustará esto
http://fogonazos.blogspot.com/2006/04/el-mazinger-de-tarragona.html
gracias!
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