domingo, 19 de noviembre de 2006

Memorias alcohólicas (XI): Mytic Sangria


En estas memorias alcohólicas no podía faltar la mítica sangría, la bebida más querida por todos los guiris amantes de los “toggeadogesss” y la “paella”. A lo largo de mi vida he ingerido unos cuantos hectolitros de versiones nefastas de este brebaje, preparado generalmente con vino de brik, refresco de la más baja estofa en su versión botella desbravada de dos litros, frutas diversas y chorrito de licor de salfumán. Precio por jarra, cinco euros y con derecho a usar el lavabo. Recuerdo que un local céntrico de Barcelona presencié como hacían la sangría utilizando los culines de diversas marcas de brik diferentes, como si estuvieran elaborando la poción mágica de Astérix. Por cierto, desde aquí quiero lanzar un homenaje a esos bares de menú que rellenan los envases de Viña Hermann o Campo Chernobyl con los restos que han dejado los comensales en la botella.

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