miércoles, 16 de marzo de 2005

Un gallego mágico

Gracias a los buenos oficios del capitán Hornachuelos descubrí un restaurante gallego mágico, en plena calle Urgel, esquina con Mallorca. Un templo del pulpo, con raciones generosas, y dónde el pan no se mide en microgramos. Un paraíso en la tierra para los pobres mortales que sólo buscan satisfacer sus instintos. ¡Gracias capitán por su buen gusto y por mostrarme otro templo del bien!

Más Carmel

Cuanto más escucho a los políticos marear la perdiz sobre el tema del Carmel, más me convenzo que a estos les importa un pito los problemas de la gente. Pero al menos lo podían disimular un poco mejor. Sólo espero que la llegada del AVE a Barcelona no me tire el piso, porque como ya habrán tantos afectados, no creo que quede un duro para pagar mi indemnización.

Gato blanco…

Los chinos son un pueblo pragmático, sobre todo sus gobernantes. Las autoridades teóricamente comunistas de Pekín han escogido a Donald Tsang, un católico que tiene la distinción de caballero del Imperio Británico, como nuevo gobernador de Hong Kong. Lo importante es elegir a alguien que no dé problemas a los que mandan, y que consiga que los negocios vayan bien. Eso de las ideologías queda de capa caída, y la muestra es que cuando el monopolio de la “sensibilidad social” está en manos de las multinacionales de la “cooperación” que viven de la subvención pública y privada es que algo no funciona en este mundo…

1 comentario:

RAT dijo...

A ver Sergio, explícame como es esto de que el día 15 ya salgan publicados los comentarios del día 16, que son los mismos que los del día 15 pero con fecha de un día posterior al que estamos en nuestro continuo espacio tiempo. Siempre había sospechado que no eras humano, pero la capacidad de viajar por el tiempo, teniendo en cuenta que no ganas a las quinielas me parece que no...
Y hablando del Carmel, no hago más que leer sobre las indemnizaciones que van a recibir, y los pisos de sustitución que van a recibir y demás, y por ahora todo eso lo pago yo. Y no digo que me moleste ser solidario con esa gente a la que se lo han enterrado todo con hormigón, según dicen por un miserable 3% (digo miserable porque yo por menos de un 15 o 2o no muevo ni el bolígrafo para firmar). Lo que realmente me gustaría saber es por qué esa solidaridad bien entendida no empieza por las Koplovich y cía, que aunque los políticos de turno hayan actuado de manera deplorable, las empresas de construcción son responsables de conocer su oficio y que no se les caigan los hormigonados. Y digo yo que las catidades que se están barajando para resolver los problemas son bastante inferiores a lo que esas tías se gastan una semana en bragas...Que está muy bien que se hable de responsabilidades políticas, pero también se tiene que hablar de las responsabilidades civiles de las emp`resas, por mucho dinero que hayan pagado para que se corra un tupido velo sobre su actuación.
Rat